Cleanmo considera la honestidad como la base y trata a los clientes con sinceridad al brindarles servicios.
Asegúrese de consultar con su equipo de atención oncológica para ver si esto le conviene. Las mascarillas quirúrgicas y las mascarillas N95 deben reservarse para el personal sanitario, ya que su disponibilidad es limitada.
Esta investigación confirmó que el tratamiento con hidroxicloroquina tras la exposición a una persona con COVID-19 no arrojó ningún beneficio. Las pruebas de detección del cáncer, como mamografías o colonoscopias, y otras pruebas, como la densitometría ósea, podrían retrasarse para reducir el riesgo de exposición al virus. Sigue siendo fundamental realizar pruebas de detección del cáncer con regularidad, incluso durante una pandemia.
A medida que aumentan los casos de coronavirus (COVID-19), más personas se preguntan cuándo tendremos una vacuna, tanto para protegerse a sí mismos y a sus familias del contagio como para crear inmunidad colectiva y así poder volver a la normalidad. Estudios demuestran que las mascarillas de tela y de grado médico pueden reducir la propagación del coronavirus por gotículas en un 80 % o más.
El sitio web "Back on the Books" de la Fundación para la Prevención del Cáncer puede ayudarle a aprender más sobre la COVID-19 y las pruebas de detección seguras del cáncer. Para las personas con alto riesgo de cáncer, como aquellas con un síndrome de cáncer hereditario como el síndrome de Lynch o una mutación del gen BRCA, su médico podría recomendarle retrasar algunas pruebas de detección o procedimientos para reducir el riesgo de cáncer. Si le preocupa su riesgo específico, hable con su médico sobre los riesgos y beneficios de retrasar los procedimientos. Si tiene programado un tratamiento contra el cáncer, hable con su oncólogo sobre los beneficios y riesgos de continuar o retrasar el tratamiento. Si no tiene programado un tratamiento contra el cáncer, pero tiene una cita con su oncólogo, es posible que el médico realice la consulta mediante videoconferencia o telemedicina.
Hacia el inicio de la pandemia y como medida de precaución, muchos ensayos médicos se modificaron para implementar la monitorización remota y la atención virtual. Se prevé que los suministros preliminares de la vacuna alcancen un millón de dosis. Podrían estar disponibles a finales de 2020 o principios de 2021 para su administración al personal sanitario. Una buena señal es que, en los ensayos clínicos de fase I y II de la vacuna contra el coronavirus, los participantes han desarrollado un nivel y una calidad de anticuerpos muy buenos tras recibir las dosis los días 1 y 28. Estos niveles son al menos tan altos como los observados en personas que se han recuperado de una infección real.
El objetivo era reducir el tamaño del tumor que se extendía desde el tercio inferior del esófago hasta la parte superior del abdomen. Una vez reducido, se sometería a una cirugía para extirpar el resto.
Los coronavirus son una gran familia de virus que pueden causar enfermedades desde leves, como el resfriado común, hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio agudo severo y el síndrome respiratorio de Oriente Medio. Dado que el nuevo coronavirus se conoce como coronavirus asociado al SARS (SARS-CoV), se le ha denominado SARS-CoV-2. El origen real del SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, no se conoce con certeza, pero es probable que se originara en murciélagos. Esto significaba que recibiría quimioterapia y, al mismo tiempo, dosis diarias de radioterapia.
Por lo tanto, no creo que la gente necesite una dosis de refuerzo de la vacuna contra la COVID-19 anualmente, sino quizás entre uno y cinco años. Con esta familia de coronavirus, esto probablemente nos permitiría tener una vacuna lista incluso antes de que la siguiente se convierta en una pandemia.
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